domingo


Cuando nuestro amor no es correspondido, no necesariamente significa que no podemos producir amor en las personas, que nacimos con alguna clase de mala suerte en el amor, ni mucho menos que valemos muy poco como seres humanos como para que alguien se interese y nos quiera. En muchas ocasiones es solo cuestión de preferencias. ¿Cuestión de preferencias? Si, leíste bien… cuestión de gustos y preferencias, muchas veces cuando no somos correspondidos en el amor, no forzosamente se debe a que somos poco atractivos para los ojos de aquella persona de la cual queremos llamar la atención, tampoco que le parezcamos demasiado molestos o aburridos, es una vez mas cuestión de preferencias… es como cuando vamos al supermercado a comprar fruta para la casa y no sabemos que comprar, por un lado nos gusta la pera y la manzana pero por alguna u otra razón preferimos la manzana que la pera, así que la llevamos. No intentes cambiar, nadie es culpable. Muchas veces, cuando no somos correspondidos empezamos a tener un sentimiento de culpa y sobre todo de odio hacia nosotros mismos y en algunas ocasiones hacia aquella persona que nos dijo que “no” cuando en realidad no deberíamos de tratar de buscar un culpable ya que no lo hay, no es nuestra culpa, mucho menos culpa de la otra persona, tampoco nos vamos a sentir mejor odiando ni dando un cambio de 360 grados solo para agradarle a alguien, no es así como deberían de ser las cosas y tampoco es así como deberíamos de solucionarlas. Tal vez el amor que esa persona siente por nosotros sea muy diferente a lo que siente por un ser amado, quizá nos prefiere como amigos que como pareja (¿recuerdas la pera y la manzana?). El hecho que alguien nos quiera de diferente manera no quiere decir que no nos quiera en lo absoluto, si no que nos quiere de una forma muy particular. ¿Y qué del tiempo que invertí en esa persona? Fue tu decisión. Muchas veces, creemos erróneamente que porque invertimos parte de nuestra vida y tiempo en otra persona, esta debería de alguna u otra manera por parte de magia o compromiso correspondernos cuando en realidad no es así ya que el tiempo y dedicación que decidimos darle a alguien, es una decisión propia, la cual nadie nos obligo a tomarla. Es cierto que quizá algunas personas involuntariamente o a sabiendas nos dan falsas esperanzas pero a las finales somos nosotros mismos quienes decidimos si aceptar o no esas esperanzas, esperanzas que muchas veces no suelen ser nada más que eso. Es por ello, que si vemos que no hay futuro en una relación o si percibimos señales de “vacías esperanzas” tenemos dos opciones que elegir; alejarnos lo mas que podamos de esa persona para no sufrir o si crees que eres capaz de hacerlo, aceptar una amistad.  Nacimos para ser amados y para dar amor. …lo que no les agrada a unos, a otros les fascina. Hay un dicho que tiene mucho de cierto y dice que cada botella tiene su tapa, y es así… cada persona nació con la oportunidad o dicha de dar y recibir amor, no hay que pensar que porque tal vez no le parecemos atractivo a alguien, quiera decir que no le vayamos a parecer atractivo a nadie, no todas las personas tienen los mismos gustos y preferencias. Si hay algo de nosotros que no le pareció agradable a una persona sin duda a otra le parecerá todo lo contrario, a tal punto que tal vez por ese pequeño detalle se llegue a enamorar de nosotros. ¿Donde y cuando la encontraremos? Ya que sabemos que nacimos con la dicha de amar y ser amados ahora nos preguntamos ¿donde y cuando encontraremos a esa persona que se fije en nosotros? les mentiría si les dijera que es cuestión de poco tiempo, de días o semanas pero también les mentiría si no les dijera que a veces nos topamos con esa persona cuando menos lo esperamos, en cuestión de horas, tomando el auto bus, en el trabajo, en la calle, en el lugar menos indicado y muchas veces esperado.~



Por último, recuerda que aunque seamos bajitos, altos, de otro color, flacos, gordos o aun cuando nos falte un brazo o dos piernas, siempre abra alguien para nosotros, una tapa para nuestra botella, un amor para nuestro corazón.

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